martes, 28 de marzo de 2017

La batalla de la Polvorosa


A ORILLAS DEL ÓRBIGO


Virgen de la Vega (Benavente.
José I. Martín Benito

Como escribíamos en un post anterior, el culto a la Virgen de la Vega de Benavente -presente en su escudo de armas- está muy ligado a un suceso extraordinario: el socorro mariano a las huestes cristianas contra los musulmanes en una batalla que, según las crónicas, tuvo lugar a "orillas del río Órbigo". De ahí deriva el culto a la Virgen en su ermita de Cimanes de la Vega, que fue trasladado también a Benavente y que, probablemente, sea el mismo que se recuerda en la ermita de la Virgen de la Vega, en Vecilla de Transmonte.

Diversos historiadores se han ocupado de esta gesta. José Ledo del Pozo, en su Historia de Benavente narra y fecha esta batalla en el 812[1]. Respecto a la tradición del socorro divino, el autor no hace sino recoger una “tradición constante derivada de padres á hijos”. Seguramente esa tradición estaba presente cuando en 1751 el vecino de Benavente Juan Espada compuso las conocidas décimas con motivo de las fiestas que celebró la villa con motivo del nacimiento de su Conde[2]. Pero la leyenda ya debía circular bastante antes, como recoge Dueñas Torío en la Descripción de las fiestas que celebró la villa de Benavente el año de 1674 al nacimiento de su conde[3]. De ello colegimos que la leyenda ya circulaba, al menos, en el siglo XVII, sin poder precisar cuando se gestó.
Virgen de la Vega. Cimanes de la Vega.

El origen de dicha leyenda está, sin duda, en la batalla de la Polvorosa, que tuvo lugar en el 878, según refieren las crónicas medievales. Pero a lo que no aluden ninguna de las crónicas es a la supuesta intervención mariana, lo que nos sitúa la formación de la leyenda en un momento post quem a la redacción de las crónicas.

De ella, la más antigua, por ser prácticamente contemporánea es la Crónica de Albelda. Esta es una de las crónicas de la monarquía asturiana, escrita durante el reinado de Alfonso III[4]. Entre los sucesos que narra está el de la batalla de la Polvorosa, a orillas del Órbigo, ocurrida en el año 878[5].

            “...Y en los mismos días, en la era 916, Almundir, hijo del rey Mohamed, y el general Iben Ganim, vinieron desde Córdoba a Astorga y León con una hueste de sarracenos. Pero también una gran hueste que venía de otro lado siguiendo al ejército, que era de Toledo, Talamanca, Guadalajara y de otras plazas, unos trece mil en total, fue aniquilada por nuestro príncipe en el lugar de Polvorosa, junto al río Órbigo. El mismo Almundir, cuando pretendía dirigirse al castillo de Sublancio, se enteró de lo que había ocurrido en Polvorosa”.

Batalla entre cristianos y msulmanes, con estandarte mariano.
También alude a esta batalla el Crónicón de Sampiro, escrito en torno al año 990[6]. El Cronicon comienza con el reinado de Alfonso III y da cuenta del encuentro de la Polvorosa[7]. Lo mismo sucede en la Crónica Najerense, cuyas fechas de redacción van entre 1157 y 1180[8]. El libro segundo de la Crónica se refiere también a la batalla[9].

La batalla de la Polvorosa pervivió en las crónicas medievales. En el siglo XIII escribía De rebus Hispaniae (De las cosas de España) el arzobispo de Toledo, don Rodrigo Jiménez de Rada. Para la elaboración de su Historia, el Toledano debió manejar otras crónicas y fuentes, lo que le permite narrar sucesos más lejanos en el tiempo, como la citada batalla, relatada en la Crónica de Albelda, en el Cronicón de Sampiro y en la Crónica Najerense [10].

También la Crónica General de España, escrita entre 1270-1289[11] alude a la batalla de la Polvorosa. Es aquí por primera vez donde aparece el nombre del rey de Mérida, Orés, pues en las crónicas anteriores el caudillo muslim aparece bajo otro nombre.

649. Capítulo de commo el rey do Alfonso vençio los moros que tenien çercado Benavent et Çamora[12]

            Andados V annos del regnado del rey don Alfonso el Magno -et fue esto en la era de DCCC et LXXIX annos, et andava otrossi estonces ell anno de la Encarnation del Señor en DCCCXLI anno, et del imperio de Lotario emperador de Roma en cinco –este rey don Alfonso estándose ell en su tierra assessegado et en paz, llegol mandado como Ores rey de Merida le avie entrado en la tierra con grand hueste et que fincara sus tiendas sobre Benavent et la tenia cercada. Et este rey don Alfonso, luego que estas nuevas le llegaron, cogiose con su yent, la que luego all ora pudo aver, et fuese pora Benavent quanto pudo, et fallo y los moros así comol dixieran. Et en llegando, firio luego en ellos, et vencio el rey don Alfonso al rey Ores, et moriron y muchos moros; et con ellos mato y el rey don Alfonso a aquel Ores rey de Merida. Et cuenta aquí la estoria de cómo en esta batalla fue Bernaldo muy bueno, et lidio y muy de rezio. Vençuda esta batalla alli, llegaron y a este rey don Alfonso estas otras nuevas: como otro moro poderoso que avie nombre Aclaman era venido con muy grand hueste sobre Çamora, et que la tenie cercada. El rey don Alfonso otrossi luego que lo oyo, tomose con unos pocos de caballeros que fincaran con el, ca todos los otros se fueran pues que la batalla de Benavent fuera vençuda et librada, et el rey metiose con aquellos pocos que aduzie dentro en la villa, et envio luego mandado por toda su tierra de lo que avie fecho, et como se metiera en Çamora, et quel acorriessen”.
´Cimanes de la Vega. Procesión.

* * *

            De todo ello se infiere que la formación de la leyenda es, necesaria
mente, posterior a finales del siglo XIII, ya que las crónicas se limitan a narrar la batalla, pero no hacen intervenir auxilio divino alguno, a pesar de que ello no resultaba ajeno a los cronistas. Por lo tanto, en algún momento entre el siglo XIV y el siglo XVII debió formarse la leyenda y debióse adoptar el icono mariano sobre el puente como referencias en las armas de la villa de Benavente, tal como nos aparece ya en el siglo XVII.



[1] J. LEDO DEL POZO, Historia de la nobilísima villa de Benavente. Benavente 2003, pp. 134-139.


[2]
Cual Betulia Benavente
lloraba desconsolada,
de Ores, rey moro, cercada
con doce mil de su gente:
D. Alonso, rey valiente
de León al cerco llega,
y de sangra mora riega
la campaña hasta la hermita,
en que esta Judit bendita
fue libertad de la vega.
Si con al piedra David
del torrente del Cedron
fue del mundo admiración,
ganando la mayor lid;
tu Hija lamas feliz,
piedras tirando á dos manos,
venciste los africanos,
que cercan á Benavente,
negándoles paso al puente,
para librar los cristianos.

J. LEDO DEL POZO, Historia de la nobilísima villa de Benavente. Benavente 2003, pág. 138.

[3] Según recoge LEDO DEL POZO, Op. cit., pág. 139.

[4] “Crónica Albeldense”. En Crónicas Asturianas. Introducción y edición crítica de Juan Gil Fernández, Traducción y notas de José L. Moralejo y estudio preliminar de Juan I. Ruiz de la Peña. Oviedo, 1985.

[5] Ibidem, XV, 12 –28, pág. 251.

[6] E. FLÓREZ, España Sagrada. Theato Geographico-Historico de la Iglesia de España. Origen, divisiones, y limites de todas sus provincias. Antigüedad, Traslaciones, y estado antiguo y presente de sus Sillas, con varias Dissertaciones criticas.Tomo XIV. De las iglesias de Abila, Caliabria, Coria, Coimbra, Ebora, Egitania, Lamego, Lisboa, Ossonoba, Pacense, Salamanca, Viséo, y Zamora, según su estado antiguo. Reedición de la de 1758, Madrid 1905, pág. 423. El Cronicón entre las pp. 419-457.

[7] E. FLÓREZ, op. cit., pág. 440.

[8] Ver la edición de la Crónica Najerense, a cargo de Juan A. Estévez Sola. Akal. Clásicos latinos medievales y renacentistas. Marid 2003, pp. 31-32.

[9] Crónica najerense, op. cit. pág. 132

[10] Ibidem, pág. 181.

[11] R. MENÉNDEZ PIDAL, “Estudio sobre la Primera Crónica General” (1955). En apéndice a la edición de la Primera Crónica General de España. Madrid 1977. Tomo II, pp. 849-892.


[12] Ibidem. Tomo II, pág. 370.

jueves, 23 de marzo de 2017

El escudo de Benavente (y 2)

Interpretación del escudo
 José Ignacio Martín Benito
Escudo de Benavente
[Continuamos con el informe sobre el escudo de Benavente, que elaboré junto a Juan Carlos de la Mata Guerra en diciembre de 2003].

Dos son las figuras que se disponen en el campo del escudo: un puente torreado en sus extremos y una imagen de Nuestra Señora con el Niño.

Respecto al puente, parece que Antonio Moya lo identifica con el de piedra levantado sobre la Madre Vieja del Órbigo a la salida de la población y del que únicamente queda un arco en nuestros días. Recordemos a Moya:

“Circundanla tres Rios, y por haver en ellos una Puente de Fabrica robusta, y costosa, la tomaron por Empressa sus Vecinos..."

Es este, seguramente, el mismo puente que quiere reproducir el sello del concejo en el siglo XIII. En cuanto a las dos torres, Moya escribe:

“... con dos Castillos à los extremos, que muestran la grandeza, valor, majestad, y fuerza de sus moradores...”

En cuanto al icono mariano, Moya estima que probablemente se deba a que los habitantes del lugar se encomendaron a la Virgen “en alguna tormenta de Agua copiosa.., ò porque tal vez los libertò esta Divina Señora de algun otro riesgo, que por aquella parte les amenazaba. 

Escudo de la vilal en la Casa Consistoria (siglo XIX).
El riesgo, conviene la historiografía local, al menos desde Ledo del Pozo, se debe al auxilio que la Virgen María prestó a los moradores del lugar en el cerco que el rey Orés de Mérida puso a la villa y en la consiguiente batalla del Mato o de Polvorosa. Esta tradición entronca con las leyendas marianas en las que los cristianos reciben el auxilio del cielo en sus luchas y batallas contra los musulmanes y de las que Covadonga es un claro y conocido ejemplo. Así lo ve, ya se ha dicho, José Ledo del Pozo, en su Historia de la nobilísima villa de Benavente:

“La Imágen de María Santísima con su Hijo Santísimo en los brazos, colocada sobre un puente entre dos castillos, es á primera vista una resplandeciente nota, que, llamando hacia á si la atención, la despide despues acompañada del asombro, dando mucho que entender estos jeroglíficos á los que saben construir sus espresiones. Una dicha obtenida con el socorro de la Virgen, habiendo favorecido á los Benaventanos para recuperar su Villa del poder de los moros, y un esfuerzo de la animosidad con que defendieron sus nobles vecinos por una multitud de picas enemigas la espugnacion de su pueblo, sosteniendo el ataque desde los castillos, y siguiéndoles despues hasta el puente, es toda la significación clara de esta historia espresiva. Las armas, que á otros servirían de estorbo, fueron á esta de impulso y arrimo para desbaratarlos hasta el puente, franco paso á un rio caudaloso, en ademas de quien quería consumir sus glorias las halló tan superiores, que no pudo mirar á ellas sin anegarse en las aguas”. 

Miniatura medieval. Batalla entre cristianos y musulmanes.
Así pues, la Virgen abría ayudado a los moradores en la defensa del lugar y, como una bíblica Judith, arrojaría piedras sobre los enemigos, que desbaratados huyeron más allá del puente, perseguido por los cristianos.
Imagen de la Virgen de la Vega, con el puente torreado (Santa María del Azogue, Benavente).

Mosaico de los ríos, obra de J. L. Coomonte (Interbenavente)

sábado, 18 de marzo de 2017

El escudo de Benavente (1)

Del sello del concejo a las armas de la villa

José I. Martín Benito

En diciembre de 2003, el Centro de Estudios Benaventanos "Ledo del Pozo" hizo entrega al Ayuntamiento de Benavente de un informe sobre el escudo de la ciudad, atendiendo a la petición de su alcalde, con el título: "Informe sobre el estudo de la ciudad de Benavente. Elaborado por el Centro de Estudios Benaventanos “Ledo del Pozo” (Confederación Española de Centros de Estudios Locales, Consejo Superior de Investigaciones Científicas 9 y firmado por José Ignacio Martín Benito y Juan Carlos de la Mata Guerra".

Hoy os dejo parte de este informe en este post.


Ignoramos el momento en el que la villa de Benavente adoptó su escudo de armas, cuyo campo lleva un puente entre dos castillos y, encima y en medio del puente una imagen de la Virgen con el Niño.  Sin embargo, todo parece indicar que este último elemento debió ser posterior, cuando menos al siglo XIII y que el puente debió formar parte de los emblemas usados por el concejo. Así, del siglo XIII data un sello de cera procedente del Archivo Diocesano de Astorga. El anverso representa una villa “situada en un altozano, al otro lado de un puente, con arquería y ornamentos de estilo gótico, que hay que pasar para iniciar el ascenso a la muralla de que está rodeada”[1].

En el siglo XVII el emblema heráldico está ya configurado. Rodrigo Méndez Silva, en su Población General de España (1645), al referirse a la villa de Benvente, escribe:

Es su blason una puente, dos castillos, en media una Imagen de la Virgen Santísima[2]
Rodrigo Méndez Silva.


Una nueva descripción del escudo de Benavente es la de Antonio de Moya, en su libro Armas, y Blasones con que se ilustran, y conocen los principales reinos, provincias, ciudades, y villas de España, y compendio instrumental e su historia compuesto en methodo alfabetico (Madrid, 1756)[3]

Blasones con que se ilustra la Villa de Benavente

Un cha de camino se aparta de la Ciudad de Zamora la Villa de Benavente, la que por lo ameno, saludable, deleitoso, y templado que es su temperamento, huvieron de nombrarla en lo antiguo buena Venta: Circundanla tres Rios, y por haver en ellos una Puente de Fabrica robusta, y costosa, la tomaron por Empressa sus Vecinos, con dos Castillos à los extremos, que muestran la grandeza, valor, majestad, y fuerza de sus moradores, los que colocaron en medio de las dos Torres una imagen de Maria Santísima, à quien en alguna tormenta de Agua copiosa se encomendaron, ò porque tal vez los libertò esta Divina Señora de algun otro riesgo, que por aquella parte les amenazaba.

Don Fernando Segundo, Rey de Leon, mandò poblar esta Villa en el año de 1169, que se hallaba desierta con las Guerras continuas de los Moros: con Titulo de Ducado estuvo en Personas Reales, en su principio: despues hizo Conde de Benavente Don Enrique Quarto à Don Juan de Pimentel, en cuyos sucesores permanece[4].

La referencia icónica la encontramos veinticinco años más tarde en la obra de Francisco Mariano Nipho, “Descripción natural, política, y económica de todos los pueblos de España. En constitución del Correo General, & formada con las noticias que sobre Agricultura, Artes y Comercio remiten los Corregidores, y demás Justicias de toda la Península, en cumplimiento de la Orden Circular del Supremo Consejo de Castilla” (Madrid 1771). El escritor y periodista, en su tomo IV, cuando aborda la descripción del Partido y jurisdicción de la villa de Benavente, lo hace insertando un grabado, de forma ovalada, rodeado de una guirnalda, a modo de lambrequines, y bajo el cual se lee: “Armas de la villa de Benavente”. En el centro del óvalo se reproduce un puente de dos ojos, bajo el cual corre un río. El puente está flanqueado por dos torres rematadas por torrecillas y en el centro del pretil va una imagen de la Virgen con el Niño.
Armas de Benavente (siglo XIX).
José Ledo del Pozo, en su Historia de la nobilísima villa de Benavente, se ocupa también del escudo, concretamente en el Libro III, capítulo VIII: “De las armas, privilegios y otras varias cosas dignas de atención en la villa de Benavente”. Escribe Ledo:

“La vivísima metáfora con que distinguió Usole á los escudos de armas llamándoles historias de piedra, en ninguna parte á la verdad, pueden tener representación mas expresiva, ni pueden manifestar mejor el elogio, que en esta Villa de Benavente, cuyas armas á un mismo tiempo son geroglíficos y hazañas. El escudo, sombra triunfante de la Virgen Santísima, un puente y dos castillos, en los que influye triunfos de luz y sangre, que en la piedra se hallan impresos, es un perpetuo monumento del valor, excelencia y mérito, que en todos tiempos han logrado sus moradores, como escriben Méndez de Silva y Dueñas Torío. La Imágen de María Santísima con su Hijo Santísimo en los brazos, colocada sobre un puente entre dos castillos, es á primera vista una resplandeciente nota, que, llamando hacia á si la atención, la despide despues acompañada del asombro, dando mucho que entender estos jeroglíficos á los que saben construir sus espresiones. Una dicha obtenida con el socorro de la Virgen, habiendo favorecido á los Benaventanos para recuperar su Villa del poder de los moros, y un esfuerzo de la animosidad con que defendieron sus nobles vecinos por una multitud de picas enemigas la espugnacion de su pueblo, sosteniendo el ataque desde los castillos, y siguiéndoles despues hasta el puente, es toda la significación clara de esta historia espresiva. Las armas, que á otros servirían de estorbo, fueron á esta de impulso y arrimo para desbaratarlos hasta el puente, franco paso á un rio caudaloso, en ademas de quien quería consumir sus glorias las halló tan superiores, que no pudo mirar á ellas sin anegarse en las aguas. Estos pues son los escudos de armas de la nobilísima Villa de Benavente, por donde podrán formar bien digno concepto de su grandeza aquellos pocos, que entienden bien el estilo lapidario, en que hablan los geroglíficos”.

[1] V. AGUADO SEISDEDOS, “Sello del concejo de Benavente”, nº 40 del catálogo de la exposición Más vale volando. Por el Condado de Benavente, Benavente 1998, pág. 40.
[2] R. MÉNDEZ SILVA, Población General de España. Madrid 1675, fol. 39.
[3] Nosotros manejamos la edición facsímil que hizo la Ed. París-Valencia, 1998.
[4] A. MOYA, Op. cit. pág. 56. Se confunde, no obstante el autor. Como es sabido, el condado de Benavente fue entregado a Juan Alfonso Pimentel por el rey Enrique III en 1398. 

lunes, 13 de marzo de 2017

Del Órbigo al Henares (3)

LOS HUESOS DEL ARCIPRESTE
Castillo de Torija (Guadalajara).
José I. Martín Benito

Se han detenido los viajeros en Torija, camino de Hita. Quieren admirar el castillo que descubrieron el Viernes Santo desde la autovía camino de Sigüenza. De nuevo los Mendoza salen a su encuentro. Lo que menos esperaban encontrar allí es un museo dedicado al “Viaje a la Alcarria”, ubicado en la torre del homenaje, con recuerdos, aperos y fotografías del periplo que Cela hizo por estas tierras. Por allí andan pues el Félix, don Mónico, las Tetas de Viana y la señorita Julia, la maestra de Casasana, “una chica joven y mona, con cierto aire de ciudad”. Ya de regreso a Benavente, los viajeros comprobarán que Torija tiene su propia página en la red, desde donde se accede a otra dedicada monográficamente al viaje del escritor de Padrón. Andar caminando por la red debe resultar menos cansado que hollar las tierras alcarreñas en la dura posguerra.
El Empecinado, por Goya.


Los viajeros se despiden de Torija y del espíritu de “El Empecinado”, que anduvo por estos lares destripando gabachos y volando los muros del castillo para que éste no cayera en manos enemigas. Por carreteras ya familiares, bajan a Torre del Burgo. A lo lejos divisan una población, arropada en torno a un empinado cerro, que se les antojaría un volcán, de no conocer ligeramente la geología de estas tierras. Intuyen que, por la distancia, debe ser Hita, lo que comprueban una vez que enlazan con la carretera que une Jadraque con Guadalajara. 
Los viajeros han entrado en la villa por la puerta de Santa María preguntándose por el recuerdo de Juan Ruiz. Y allí está, sólo doblar el arco que se abre en la antigua muralla, la plaza del Arcipreste, con su café homónimo. Tras la plaza, les salen al paso las ruinas de San Pedro y muchos solares abandonados, sin construir, ecos de una guerra civil (la del 36) que dejó prácticamente arruinada la villa. Por la calle de la Cerería buscan la iglesia de San Juan. En su interior, un grupo de mujeres entona cánticos de ensayo. El zócalo está compuesto por laudas sepulcrales en caracteres góticos. Preguntan los viajeros por los huesos del Arcipreste, pero una de las mujeres les responde que no sabría decirles dónde fue enterrado. De regreso al punto de partida, se imaginan a doña Endrina paseando por la plaza con donaire, figura y alto cuello de garza; al mismo tiempo se preguntan si la Hita de entonces fue capaz de inspirar el “Libro de Buen Amor”, adobado con el “Panfilus de Amore”. 
Panorámica de Hita.

La tarde se ha ido echando encima cuando ponen dirección a Cogolludo. La carretera es similar a la que corrieron en busca de Brihuega. Los viajeros se preguntan si podrán llegar a ver el palacio, dado lo avanzado de la hora. Cuando llegan, apenas queda luz para hacer unas instantáneas. El palacio está cerrado. Un grupo está parado delante de la fachada. Se acercan. Hay una mujer explicándola, con un libro y una gran llave en la mano. Se disponen a entrar. Los viajeros piden permiso para unirse a ellos. Es así como consiguen entrar en el recinto palaciego. El interior casi no existe. Visto así, la fachada parece un decorado. Esa misma impresión tuvo nuestra impetuosa guía Inés, cuando llegó a Cogolludo hace catorce años, después de haber estado de emigrante en Alemania. Inés Martín es de Aldeadávila de la Rivera, en los Arribes del Duero. Su vinculación salmantina la delatan los adornos charros que luce. Inés tiene una hija de alguacila en Torresmenudas, que antes estuvo en Benavente. Pero eso es otra historia que nos aleja del palacio. Dice nuestra guía que quieren reconstruirlo y devolverle buena parte de su integridad. Hace unos pocos años empezaron por el patio, pero el asunto va para largo. Cita Inés, de memoria, la valoración que Antoine de Lalaing hizo cuando en 1502 acompañó a su señor Felipe, el Hermoso, y a Juana de Castilla, quienes, desde Jadraque, se acercaron a admirar el palacio que don Luis de la Cerda se había hecho en la villa de Cogolludo. Escribía el de Montigny que el palacio “...vale siete de los nuestros... y es él más rrico aloxamiento que ay en Espanna”. Por esas mismas fechas, a propósito de la visita que hizo a Benavente, el mismo cronista dejó escrita una larga relación del castillo de los Pimentel, al que consideró “uno de los más exquisitos de España”. Aquella mansión, perdida la residencia de los duques de Medinaceli, comenzó su decadencia y deterioro, y corrió una suerte muy dispar. Fue cuartel general de “El Empecinado”, vaquería, lechería, cuartel de la benemérita, horno de asar, pastelería, almacén de maquinaría agrícola, salón del cine parroquial y toril en las fiestas patronales. Cuentan que también allí, como aquí, un anticuario norteamericano pretendió llevárselo a los Estados Unidos. Pero el de Benavente, sabido es, corrió peor suerte que el de Cogolludo, pues después de la venta al testaferro de Hearts, sus paredes, voladas con dinamita, fueron a parar, triturada la piedra, al firme de caminos y carreteras. Finis gloriae mundi.

Palacio de Cogolludo (Guadalajara)

(Concluirá)

Este artículo puede verse también en La Crónica de Benavente.

miércoles, 8 de marzo de 2017

Muros del mundo: de ayer y hoy

BARRERAS EN EL TIEMPO

Muralla de Adriano.
José I. Martín Benito

Mucho se ha escrito y seguramente se escribirá sobre la pretensión de Donald Trump de construir un muro en la frontera entre México y Estados Unidos. La idea no es ni mucho menos original, como veremos. 


Muros históricos

El muro de Adriano

Ya en el siglo II d. C. el emperador Adriano construyó uno en Britania, entre 122-132, para impedir que las tribus del norte de la isla (los pictos) penetraran en la zona romanizada. Se trataba de una barrera  o muralla de piedra de 117 km, con una dirección este a oeste, entre el golfo de Solway y el estuario del río Tyne. Pasó Adriano y, como la romanidad iba ganando terreno en Britania, uno de sus sucesores, el emperador Antonino Pío, construyó otro muro más al norte. Pero las tribus de Caledonia lo atacaron y los romanos tuvieron que replegarse hasta las posiciones de la muralla de Adriano.
Con el tiempo, los romanos abandonaron también esta posición e, incluso, Britania. Las tribus del norte cruzaron la barrera sin problema alguno y sus piedras sirvieron de cantera para otras construcciones (finis gloriae mundi). Hoy el muro no es sino un recuerdo del pasado romano de Gran Bretaña. Tanto el muro de Adriano como el de Antonino fueron declarados Patrimonio Mundial en 1987 y 2008, respectivamente bajo la denominación de "Fronteras del Imperio romano".

Gran muralla china.
La Gran Muralla china

Algo similar ocurrió en China con la Gran Muralla, otro muro adaptado al terreno, comenzado a construirse en el siglo III a. C. (dinastía Qin) y que estuvo activo más de mil años, al menos hasta el siglo XVI d. C. Se extendía a lo largo de más de 8.800 km entre la frontera de Korea y el desierto de Gobi. En este caso, su finalidad fue proteger la frontera norte del imperio chino de los ataques de los xiongu procedentes de Mongolia y Manchuria. Hoy se conserva, aproximadamente un 30 % de la misma. La Gran Muralla fue declarada Patrimonio Mundial en 1987.

Muros de los siglos XX y XXI 

El muro de Berlín

Muro de Berlín, junto a la puerta de Brandenburgo.
Tras la Segunda Guerra Mundial, en 1945 Alemania fue partida en cuatro zonas, controladas respectivamente por USA, Reino Unido, Francia y la Unión Soviética. Las zonas bajo control de los países occidentales acabaron constituyendo la República Federal Alemana, con capital en Bonn, mientras que la zona soviética se convirtió en la República Democrática Alemana, con capital en Berlín. Esta ciudad, sin embargo, también estaba repartida en cuatro zonas, tres bajo control de los aliados occidentales y la otra de influencia comunista. 
Destrucción del muro de Berlín, 1989.
En 1961 los alemanes del Este iniciaron la construcción de un muro que dividió Berlín en dos partes. Los orientales o comunistas lo denominaron Muro de Protección Antifascista y los occidentales o capitalistas Muro de la vergüenza. Esta barrera, de 120 km de largo, estuvo activa desde el 13 de agosto de 1961 hasta el 9 de noviembre de 1989. Durante ese periodo, 192 murieron en su intento de cruzarlo. Su destrucción en noviembre de 1989 fue un paso previo a la unificación alemana.



Muro de Cisjordania
Barrera de Cisjordania.

Esta barrera comenzó a construirse a partir de 2002. En un 90 % la barrera está compuesta por vallas y alambradas, mientras que el 10 % restante es un muro de hormigón prefabricado, que alcanza los 7 metros de altura, reforzado con torretas para el control militar. Fue iImpulsado por el Gobierno de Israel, que lo justificó como una barrera protectora para impedir ataques palestinos y por eso la denomina "Valla de la Seguridad". Varias organizaciones pacifistas y pro derechos humanos han denunciado su construcción. 


Muro marroquí en el Sahara occidental

Muro del Sahara occidental.
Es esta una barrera de 2.720 km,, construida por Marruecos en el último cuarto del siglo XX para proteger el territorio ocupado del Sahara occidental y evitar las incursiones del Frente Polisario. Su construcción, que comenzó en 1980, se inspiró en la línea Ber Lev, que construyó Israel a lo largo del Canal de Suez. Precisamente en su construcción intervinieron expertos israelíes. Es el segundo muro más largo del mundo, después de la Gran Muralla China.

Vallas entre Marruecos y Argelia

Otra barrera se levanta entre las fronteras de Marruecos y Argelia. En realidad es una doble valla, pues cada país ha construído la suya. 
En 2015 Marruecos construyó una barrera de150 km, justificándola como "un muro para asegurar la frontera contra las redes redes terroristas, el tráfico de drogas, el contrabando y la emigración clandestina".
n muro fronterizo de 150 kilómetros de largo en la misma zona, un muro que se explicó oficialmente entonces como necesario para "asegurar la frontera contra las redes terroristas, el tráfico de drogas, el contrabando y la emigración clandestina".

Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2818579/0/argelia-levanta-valla-frente-a-la-construida-por-marruecos/#xtor=AD-15&xts=467263
La valla de Argelia ha comenzado a construirse en 2016. De momento tiene una longitud cercana a los 5 km y está próxima a la aldea argelina de Chraga, el principal paso frontrizo de inmigrantes subsaharianos, 8 km la sur de Ahfir y 10 km de Beni Drar, dos localidades marroquís.
esta valla tiene por ahora una altura aproximada de 3,5 metros y casi 5 kilómetros de longitud, y se sitúa en la localidad rural de Chraga, conocida como el paso principal de los inmigrantes subsaharianos, así como del contrabando de combustible

Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2818579/0/argelia-levanta-valla-frente-a-la-construida-por-marruecos/#xtor=AD-15&xts=467263
localidad rural de Chraga, conocida como el paso principal de los inmigrantes subsaharianos, así como del contrabando de combustible

Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2818579/0/argelia-levanta-valla-frente-a-la-construida-por-marruecos/#xtor=AD-15&xts=467263
 

Vallas de Ceuta y Melilla

Barreras de alambradas que separan estas ciudades norteafricanas de la zona neutral entre España y Marruecos. Su objetivo es frenar la inmigración ilegal y el contrabando comercial de Marruecos a territorio español. La valla de Ceuta tiene una altura de 6 metros y mide 8 km. y está construída con alambres de cables cortantes (concertinas). La de Melilla tiene 12 km de largo y 6 metros de altura, con alambre de púas. Ambas comenzaron a construirse en 1998.