viernes, 11 de mayo de 2018

Obreros y jornaleros en Zamora a principios del siglo XX

LAS CONDICIONES DE VIDA: JORNALES, ALIMENTACIÓN Y VIVIENDA. BENAVENTE Y VILLALPANDO.


Jornaleros y labradores en un día de mercado en Benavente.
Las condiciones de vida de los asalariados en la provincia de Zamora a principios del siglo XX, en general, y de los jornaleros, en particular, no debía diferir mucho del de otras provincias limítrofes, de las que conocemos más información[1]. De ello se desprende una dieta desequilibrada, deficitaria en proteínas y con la consiguiente malnutrición. No deben extrañar pues las ayudas solicitadas a los ayuntamientos, entre ellos al de Benavente, especificando, en algún caso, que los hijos presentan síntomas de raquitismo. Tampoco deben, pues, extrañar, las peticiones de los jornaleros en la huelga de 1904 en Villalpando, cuando solicitaban de los patronos una alimentación donde estuviera presente "un cuarterón de bacalao y una libra de patatas por la mañana, media libra de legumbres, media de carne y cuarterón de tocino y la sopa al mediodía y media libra de habas y un cuarterón de carne por la noche", junto con tres libras de pan y 3 cuartillos de vino.

Segadores.
  Los jornales

C. Hermida ha estudiado las condiciones de vida del campesinado castellano durante este periodo[2], a través del informe Buylla (1905)[3]. Como resumen puede decirse que el trabajo era de sol a sol y que paraban tres horas a mediodía para comer y otra media hora por la tarde de descanso. En cuanto al salario, sabemos que en Fuentes de Ropel el jornal de los trabajadores dedicados al cultivo de cereales oscilaba entre 1,50 y 1,75 ptas. y que en Pontejos el jornal de un bracero era de 2 ptas, aproximadamente[4]. La soldada variaba de invierno a verano. En Benavente era de 0,90 ptas en invierno; 1,25 a 1,50 en primavera y 1,50 en verano. En 1904, el jornal de los segadores de algarrobas en Villapando era de 3 reales y un cuartillo de vino[5]. Las mujeres y los muchachos cobraban aproximadamente la mitad[6]. El salario resultaba prácticamente insuficiente si era sólo un miembro de la familia el que trabajaba. Se calcula que el total de gasto diario era de 1,73 ptas[7]. De ahí que en época de paro estacional o de falta de trabajo la situación de muchas familias fuera angustiosa, sobre todo cuando se producía una carestía en los alimentos.

Panorámica de Benavente a principios del siglo XX.
La alimentación

En cuanto a la alimentación, los patronos de Benavente suministraban a sus obreros sopa por la mañana, cocido con carne salada, generalmente en mal estado, al mediodía y pan y cebolla por la tarde[8]. En Villapando, la manutención consistía en: el almuerzo y la cena en pan y cebolla y la comida en muelas y algo de cecina, tal como se informaba en el I Congreso de Obreros Agrícolas celebrado en abril de 1904 en aquella villa y que fue el preludio de la agitación campesina de los meses de junio y julio de aquel mismo año[9].

El combustible: leña y paja

Mercado en Benavente.
Añádase además las penalidades para pasar el invierno en una región donde escaseaban los jornales y era necesario, además, asegurar el combustible para hacer frente a los rigores de los meses más fríos. En Benavente, algunos propietarios permitían a los jornaleros recoger leña en los montes de su propiedad; ello parecía responder a hacerse con una clientela fiel en momentos de elecciones municipales, provinciales o a las Cortes de la nación[10]. Junto a la leña, la paja era uno de los combustibles de primera necesidad; de ahí que entre las reivindicaciones de los obreros en la huelga de 1904 se pidieran "dos carros de paja buena" por jornalero y temporada[11].

Población jornalera

Familias enteras se dedicaban a las labores del campo. En Benavente, los barrios con predominio de población jornalera eran Santa Clara y La Sinoga[12], si nos atenemos al padrón de 1910. Este nos revela, en algunos casos, la temprana edad a la que comenzaban a trabajar los niños. Como ejemplos basten estos datos: la familia de Domingo Gutiérrez Sánchez estaba compuesta por el padre, de 61 años, jornalero con 3 hijos, uno practicante de farmacia y otros dos jornaleros, uno de 17 y otro de 11 años[13]; en la calle Santa Clara vivía un guardia civil, retirado con 60 años, natural de Alcañices, con esposa y cinco hijos, los cuatro varones de 26, 24, 22 y 16 años, jornaleros, y la hija de 13, costurera.

La vivienda

Las casas solían ser pequeñas y poco aireadas. En Villalpando, A. Buylla observó qua las casas de trabajadores eran "impropias para el uso á que se las destinaba, por la falta de luz y de ventilación, por la carencia de habitaciones (la mayor parte no tienen más que una alcoba, en donde duermen hacinados padres é hijos), y por su poco capacidad, que reduce considerablemente la cantidad de aire respirable"[14].

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Texto extraído de mi trabajo:
 "Crisis obrera y conflictividad social en el nordeste zamorano (1898-1920). I. El periodo 1898-1905 y la implantación del socialismo. Los sucesos de Villalpando, Santa Cristina y San Cristóbal". Brigecio, 8, Salamanca, 1998, pp. 211-240".

 [1] M. ESTEBAN DE VEGA y J. LÓPEZ SANTAMARÍA (1992): "La condición obrera en Salamanca durante la Restauración". I Congreso de Historia de Salamanca, 1989. III. Historia Contemporánea. pp. 57-63. Salamanca.

[2] C. HERMIDA REVILLA (1989): Economía agraria y agitaciones campesinas en Castilla la Vieja y León: 1900-1936, pp. 51 y ss.

[3]Adolfo Alvarez Buylla redactó un informe sobre la situación agraria en Castilla en octubre de 1905 por encargo del Instituto de Reformas Sociales. Ver. Miseria y conciencia del campesino castellano. Comentado por J. Aróstegui. Madrid, 1977. Cfr. P. BIGLINO (1986): El Socialismo español y la cuestión agraria (1890-1936). Madrid. Centro de Publicaciones del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. p. 50.

[4]C. HERMIDA : Op. cit., pág. 56

[5] El Correo de Zamora, 6 de junio de 1905.

[6]Informe A. Buylla, en Miseria y conciencia del campesino castellano, Op. cit., pág. 133.

[7]J. SÁNCHEZ JIMÉNEZ (1992): "La población, el campo y las ciudades". En: La población, la economía, la sociedad (1898-1931). Historia de España. Ramón Menéndez Pidal. Tomo XXXVII, pág. 342.

[8] Informe A. Buylla, en Miseria y conciencia del campesino castellano, Op. cit., pág. 133.

[9] El Heraldo de Zamora, lunes 18 de abril de 1904.

[10] Informe Buylla. En Memoria y conciencia..., pág. 133.

[11] Archivo Municipal de Villalpando (A.M.V.). Libro de copias de correspondencia (del 27 de abril de 1904 a Septiembre de 1914). Fol 12. El alcalde al gobernador, 7 de junio.

[12] Las calles con alta población de jornaleros eran la de Los Carros, Santa Clara, la Sinoga, Santa Catalina y Ancha.

[13]A.M.B. Padrón 1910, leg. 176. Cfr. con los datos referentes a la provincia de Ávila que aporta C. Hermida, op. cit., pág. 54.

[14] Informe A. Buylla, en Miseria y conciencia del campesino castellano, Op. cit., pág. 139.

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